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Que venían de los mismísimos Compadres, me dicen algunos,  porque en esos modos de  hacer scat a la cubana  tienen ahí a unos pioneros, pero lo cierto es que Cachybache se apareció en el panorama musical cubano con una propuesta ¿indescriptible? Digamos casi insuperable hasta hoy porque Postrova, Superhabit, Hobby, karel y Carlos… o Buena Fe no encontraron  el mismo sendero ese que fundaran  José Luis Estrada Rojas y  Eugenio Said Carbonell.

¨Cachybache¨,  me dijo José Luis Estrada, ¨viene del título de una pieza musical de Anita Martín, pianista cubana, a nosotros nos gustó y decidimos llamarnos así.  Cachybache Se funda en reuniones entre amigos, en el pedagógico, Ciudad Libertad, allí estudiábamos educación musical  y nos íbamos todos los días a la Casita del te en  El Castillito, allí cantábamos y leíamos poemas¨.

Desde que fue posible el encuentro la música de esta gente estuvo llena de de novedad tanto en escena como  en la sonoridad, ellos le llamaban trovatimbajazz,  muchos le decíamos maravilla, porque la sorpresa llegaba por la percusión en los labios de esos hombres, la guitarra  casi estrepitosa,  y la lírica que podía ser refinada si lo exigía el tono de la canción.

 Los arreglos iban de la mano de José Luis  y las canciones llegaban tanto de Carbonell como del arreglista. Humor, amor, talento, entrega, todo junto fluyó en  este dueto que por años pudimos escuchar, sobre todo en Radio Taino, otra vez esa radio que salva. Me ha dicho José Luis que llegaron a Pablo Milanés gracias a Noel Álvarez  y de ahí partieron a las peñas del grupo Perspectiva.

En tiempo duros, eran los 90, casi imposible una cuerda nueva, una guitarra dolía casi en las sienes, eran los años también de Gema y Pavel en aquel reinado, 13 y 8 y Cachybache se movió a Madrid, allí se presentaron junto a Chick Korea. En Dominicana trabajaron con Sergio Vargas, Juan Luis Guerra y otros artistas.

En Cuba se les vio junto a Pablo Milanés, El grupo Síntesis, Bobby Carcassés y El Médico de la Salsa y llegaron a hacer una temporada en el segundo Show de Tropicana. A los Cachybaches le conocieron además los parisinos en el New Morning de París.

Lamentablemente las disqueras cubanas no registraron ese fenómeno, solo los estudios Sonoland de Madrid pudieron recoger la maqueta Cáscara de Mandarina en 1994. Hubo coqueteos con Virgin, Sony Music de España  y la Warner Bros pero nada llegó a puerto.

En poco tiempo Carbonell se asentaba en República Dominicana,  a José Luis lo escuchamos en la nómina del afamado Orishas. De aquellos trabajos tremendos de Cachybache se acumulan grabaciones de escogidos melómanos y sin dudas la esencia de aquello de la trovatimbajazz sigue sonando en otros hermanos de causa.

Así y todo a muchos nos guastaría levantarnos con la noticia de que Cachybache ha vuelto a sonar, que  aparecen otras cáscaras de mandarina, otro Son de la Loma con resonancias norteñas, que Cachybache ha vuelto a renacer, para suerte nuestra,  como una flor años después.