El futuro llegó hace rato.
Los redondos
Hay quien dice que la radio cubana no ha superado a Caginet, que nos hemos quedado en un remanso en el que nos miramos con una crítica cuasi rabiosa o con un amor contagioso. Creo que ha habido malos y buenos ratos, pero ya es momento de cambiar muchas cosas y lo digo como oyente sobre todo.
La radio nuestra se repite tanto que incluso muchos programas de mismo corte se exponen a la misma hora en varias emisoras a la vez, sin una mentalidad de competencia o un estudio de los cambios que vienen desde dentro y fuera. Solo con pensar cómo han venido moviéndose las escenas musicales, los medios de consumo o la vida social y económica ya es para que nuestras programaciones busquen novedades urgentes.
Me consta que se hacen estudios, pero ¿Con qué frecuencia? ¿Cómo llegan a los realizadores o directivos? ¿Están preparados estos para emprender acciones? En el recién finalizado festival de la radio santiaguera algunos hablaban de la falta de un buen pago a los productores radiales. La respuesta a este reclamo llegó desde el mismo Presidente Raúl Castro en el Congreso de la CTC cuando dijo que: ¨Sería irresponsable y con efectos contraproducentes disponer un aumento generalizado de los salarios en el sector estatal, ya que lo único que causaría es una espiral inflacionaria en los precios, de no estar debidamente respaldado por un incremento suficiente de la oferta de bienes y servicios¨ .
De modo que ni pensar en mejorar los salarios, se habló además de la ausencia de graduados del ISA quienes prefieren hacer cine u otras cosas que dejen mejores dividendos, a lo dicho se suman las fichas de programas hechas hace mucho, en tiempos en que los consumos y los medios de adquisición de productos comunicativos se actualizan sin cesar en una competencia en que cada, más o menos seis meses, aparecen , desaparecen o mejoran aparatos como el MP3, Ipod, Ipads, tables, teléfonos inteligentes y hasta gafas de realidad aumentada y otros inventos de ¨futuro inmediato¨.
A todo lo dicho sumo una visión acaso incoherente en muchos aspectos con el pensamiento y la vida que corren: Canclini parafraseando a Ulf Hannerz en su libro Conexiones recuerda que:
¨él ¨ (Ulf Hannerz) ¨reconoce la dificultad de seguir defendiendo lo local sólo por las situaciones cara a cara, inclusivas y de larga duración en una época en que diferentes hábitats se entrecruzan y cuando lo que ha sido local en otro lugar debido a la globalización puede llegar a sentirse en escenarios locales como en su propia casa¨.
Insisto en la visión joven. Los menores de casa siguen entre la irreverencia y el pensamiento y en ellos debe estar (es lógico) la solución. He escuchado a buena parte de ellos (Sobre todo en el festival Antonio Lloga in memoriam) hablar des prejuiciadamente de un cambio en la radio cubana, pero no llega; demora, se detiene y mientras tanto los radialistas hablan y hablan con pasión o no desde unos guiones hiperdidácticos y sus teléfonos o micrófonos no dan al balcón o salen a la calle a que hable la gente.
Insisto y los periodistas siguen obviando por una razón u otra los valores noticias, con ¨miedo¨ a la sensualidad y repitiendo aquello de parecerse al hombre común ¿y ese quién es?
Hay quien dice que la radio cubana no ha superado a Caignet y ciertamente ya no logramos espectáculos radiales que paralicen el cine, ni colocamos productos nuestros en las parrillas de todo el continente y a mi entender también lo estamos sacando de la gente misma, porque hay otro fantasma del que no hablamos, el llamado ¨paquete¨ ese competidor implacable. Tengamos fe en que pronto mejore el asunto. Una radio más acorde a su tiempo tiene El derecho de nacer.